¿Quien
no ha sufrido la amenaza de pequeño, de que si no comía o no te
acostabas temprano, el "hombre del saco" vendría para
llevarte?. Aunque creamos que el hombre del saco es una fabula, el
hombre del saco fue muy real. Conocido también como "el
sacamantecas", secuestró y asesinó a un niño.
La historia es también conocida como el "crimen de Gádor"
que conmocionó Almería.
De izquierda a derecha, Francisco Ortega "el Moruno", Francisco Leona el curandero,José Hernández y Julio "el tonto" |
Pero
empecemos nuestra historia desde el principio, y deberíamos empezar
con Francisco Ortega, apodado “el Moruno”, hombre acaudalado y
dueños de tierras.
Francisco
Ortega sufría de tuberculosis y como la medicina tradicional no
tenia una cura fue a visitar a una curandera de la localidad,
Agustina Rodríguez.
Agustina
Rodríguez trató a Francisco y le aconsejo que fuera a ver a
Francisco Leona, barbero y curandero que tenía antecedentes
criminales.
Una
vez Francisco se entrevista con Leona este le pide 3000 reales a
cambio de una cura, la cura consistiría en beber la sangre de un
niño sano, recién salida de su cuerpo, y ponerse unos emplastes en
el pecho, hechos con la grasa corporal del niño, así sanaría
enseguida.
Leona
se comprometió con Francisco Ortega que buscaría un niño sano.
Primero intentó comprar un niño de una de las familias pobres de la
zona, pero no consiguió que nadie aceptara, desesperado por no poder
cumplir el acuerdo decidió secuestrar a uno.
En la tarde
del 28 de junio de 1910 salió junto con el hijo de Agustina, Julio
Hernández el tonto, en busca de algún niño al que
pudieran secuestrar sin ser vistos.
La
victima elegida fue Bernardo González Parra, de siete años, que se
había separado de sus amigos mientras jugaban. Leona y Julio lo
durmieron con cloroformo y lo introdujeron dentro de un saco, para
después con el niño acuestas, recorrer los campos en dirección al
cortijo de Ardoz, que se encontraba aislado del pueblo. Cuando
llegaron al cortijo, otro hijo de Agustina, José, fue a avisar a
Ortega, mientras en la casa se quedaba su mujer, Elena, preparando la
cena.
Una
vez que llegó Francisco Ortega y todo el mundo estuvo en la casa,
sacaron a Bernardo del saco, posiblemente el niño ya se encontrara
despierto sin comprender que pasaba. Le realizaron un corte en la
axila para sacarle sangre, que recogieron en un vaso. Ortega se bebió
la sangre antes de que se enfriara. Mientras, Julio mataba al pequeño
golpeándole la cabeza con una gran piedra.
Leona abrió el vientre del niño y
extrajo la grasa envolviéndola toda en un pañuelo que puso sobre el
pecho de Ortega. Una vez terminado el ritual, llevaron el cuerpo a un
lugar conocido como Las Pocicas,
y en una grieta en la tierra, lo echaron y lo taparon con hierbas y
piedras.
Francisco Ortega realizo el pago y se
fue, Leona repartió el dinero, pero no le pago a julio 50 pesetas que
le prometió por matar al niño. Julio decide vengarse y hace una
denuncia en la guardia civil donde cuenta que ha encontrado el cuerpo
de un niño por casualidad mientras cazaba liebres. Detienen a Leona,
quien culpa a Julio de ser su cómplice, Julio también es detenido.
Al final los dos hombres confiesan el crimen.
La
Guardia Civil detuvo a todas las personas implicadas en el asesinato
de Bernardo. Leona fue condenado al garrote vil, pero murió en la
cárcel. Ortega y Agustina fueron también condenados a la pena
máxima y ejecutados. José fue condenado a 17 años de cárcel y su
mujer, Elena, fue absuelta. Y Julio el
tonto finalmente fue condenado a muerte
también, pero resultó indultado por ser considerado demente.
FUENTE:
No hay comentarios:
Publicar un comentario